Es un hotel pequeño, con una atención muy personalizada, muy cómodo, muy bonito, con jardines y árboles frutales, hay animalitos (perritos, gatos y más) que animan todavía más la estancia. La habitación estaba muy limpia, con sábanas y toallas impecables. Fue una muy grata y sorprendente experiencia, mis reconocimientos y gratitud para Lupita.