La habitación es antigua y fea; la ducha es un suplicio y en todo el baño no hay donde colocar nada, ni las tiallas. Las camas son viejas, ruidosas, con colchones blandos y muelles flojos. El aire acondicionado antiquísimo empieza a enfriar a las pocas horas. La televisión es enana y no funciona, aún estoy esperando que vayan a arreglarla. No tiene, como dicen, caja fuerte ni bidé. Un desastre, no vuelvo ni loco.