El hotel está muy descuidado, sin mantenimiento, lleno de polvo. Las habitaciones son incómodas y ruidosas. En dos ocasiones que estuve no había agua caliente. El restaurante no merece ese nombre, es una habitación sucia con mesas desperdigadas sobre un suelo de concreto. Recuerda a una cárcel.
La experiencia es tan mala que casi es gracioso. Recomendable para aventureros o quien quiera explorar sus límites.